Su forma típica es la de una rosquilla
La invención de este dulce, que durante más de 140 años ha deleitado los paladares de los conocedores de la alta pastelería, se debe a Marcello Fantoni, que había heredado el arte de la pastelería de su abuelo Giovanni. Fue él quien creó el hojaldre allá por 1870 y comenzó la elaboración de este tradicional postre crujiente y delicado, cuya receta se basa en ingredientes sencillos y naturales como harina, mantequilla, azúcar, sal y huevos.
Su forma típica es la de una rosquilla con un agujero en el centro. Son muy populares porque además de tener un sabor delicioso, son naturales porque no hay aditivos ni conservantes añadidos y todavía están hechos a mano para hacerlos desmenuzables y fragantes como de costumbre.
Desde Verona las familias adineradas les ordenaban celebrar aniversarios, matrimonios y bautizos. Los hojaldres de Villafranca también entraron en la literatura, citados por muchos poetas, entre ellos Berto Barbarani que en 1898 compuso «Sfogliatine al burro», Gabriele D’Annunzio y Renato Simoni, crítico de teatro.
